Blog de Gina
Es difícil digerir los alimentos que comemos con culpa.
Básicamente nuestro sistema nervioso autónomo trabaja en dos modalidades (es más complejo pero trato de explicarlo vagamente para que se den una idea).
1. Pelea o Huye (Fight or Flight) - que prepara a nuestro cuerpo para la acción, en donde todos nuestro órganos se preparan para que podamos defendernos de cualquier peligro.
Algunos ejemplos de lo que pasa con nuestro cuerpo en esta modalidad son:
- el ritmo cardiaco se acelera
- las pupilas se dilatan
- los músculos se contraen
- se produce menos saliva
- el cuerpo detiene muchas de las funciones de la digestión
- reservas se usan para la formación de glucosa
Como ven, estos cambios están diseñados para que podamos correr y escapar, y se le da mucho menos prioridad al sistema inmune o a la digestión.
2. Rest and Digest (descansa y digiere) - ayuda al cuerpo a mantenerse en un estado de equilibrio y esta modalidad permite que nuestro cuerpo se relaje y se pueda reparar. Algunos de las cosas que suceden cuando nuestro cuerpo esta en esta modalidad son:
la secreción de saliva incrementa
encimas digestivas se secretan
el ritmo cardiaco disminuye
tus músculos se relajan.
Todos estos cambios se hacen para mejorar la digestión, conservar la energía y mantener un balance en nuestro cuerpo.
La modalidad pelea y huye la tenemos para poder defendernos y sobrevivir a los peligros del mundo, sin embargo, esta modalidad se detona con cualquier tipo de estresante...
En el mundo en el que vivimos hoy en día, el tráfico, la carga de trabajo y el ruido pueden detonar esta modalidad y está comprobado que vivir en un estado de estrés crónico no es bueno para nuestra salud.
Seguramente se están preguntando que tiene que ver todo esto con la comida, y es que, la cultura de las dietas se ha encargado de que le tengamos miedo a ciertos alimentos y sintamos culpa por lo que comemos...
Cuando comemos algo con culpa, inmediatamente se activa el sistema pelea y huye y estando así, es casi imposible digerir lo que nos estamos comiendo. Muchas veces mis pacientes me dicen que justamente lo que les da miedo comer les cae mal, les produce gases e inflamación, sin embargo, yo estoy segura que la mayoría de las veces no es el alimento en sí, si no la actitud que se tiene al comer el alimento.
Realmente nuestro cuerpo no tiene juicios de lo que nos estamos comiendo, el recibe los nutrientes y macronutrientes de todos los alimentos por igual. Algunos alimentos nos proveen con más nutrientes que otros, otros alimentos nos dan más placer comerlos. Poder disfrutar de todos los alimentos sin ese juicio moral y saber que no hay alimentos "buenos" o "malos" que la comida es comida y ya, es importante para lograr alcanzar un equilibrio físico y mental.
